viernes, 26 de noviembre de 2021

Polvareda Planeta

 Hace ya algo más de un mes de la polvadera que levantó Planeta premiando a Carmen Mola.

Echo de menos cuando las polémicas acerca de un premio tenían enjundio literario. Como la del premio Goncourt y "Las Benévolas" y no se discutió si la obra era buena (empero yo diría que es una obra excepcional), sino el atrevimiento de su autor, Jonathan Little, de su narrador paradigmático, el asombro y la frialdad que reflejaba su historia, el escalofrío que daba pensar en su protagonista. Un protagonista que había llegado a la altura de un Humbert Humbert, seduciéndonos con su primera persona, y pese a quien pese, compadeciéndonos y reconociéndonos en sus silencios. 

Tampoco se ha discutido que "Carmen Mola" fuera de calidad, la tiene. Además haberlo discutido sería una pérdida de tiempo, ya que la supuesta autora ya había sacado anteriormente otras tres novelas del mismo género con gran éxito de lectores. La novela negra, desde hace años goza de buena salud y tiene multitud de seguidores fieles, sobre todo fieles, algo que es una rareza hoy por hoy.

Y es por ello, solo por ello, por esa fidelidad, que la editorial debería haber sido más sincera.

Que un autor o autora use un pseudónimo para presentarse a un concurso es una práctica habitual y hasta tiene su razón de ser para bastantes más casos de los que desearíamos. Que sean cuatro los autores de un libro, como es el caso de "La Bestia", la premiada este año por Planeta (Planeta le ha cambiado el título, en realidad fue presentada a concurso con otro, muy sintomático de quién manda aquí, ¿verdad? Amén de que el jurado está premiando una obra cuyas mismas novelas anteriores de Mola publica Random House, y ésta es del mismo grupo editorial que el patrocinador de tan famoso premio), tampoco debe ser juzgado, los autores son los que son, uno o cuatro y punto.

Pero el hecho de haber creado un "personaje-autora" de donde no lo hay; incluso haberse inventado datos biográficos como que "era una profesora nacida en Madrid en 1973 y que no quería darse a conocer por su entorno", dándose el gustazo de insinuar que su entorno no comprendería el tipo de narración tan dura que ejerce por ser mujer. Haberlo sostenido en el tiempo con desparpajo y tranquilidad. Y haberlo adornado con declaraciones de la misma tales como "No tengo ningún motivo por el que desvelar mi identidad de buena gana, aunque siempre podemos poner un cero más en el cheque; mejor nunca se me plantee esta posibilidad", no tiene precio.

O sí, sí lo tiene:

El precio de querer vender más y más. Es tangible la sospecha que albergo de que premiar a Carmen Mola es saber que la polémica se materializará, y que las ventas no solo subirán en Latinoamérica, sino en toda Europa. La aspiración de que con este "empuje" se haga competencia máxima a la novela negra noruega o sueca, Planeta, queridos y queridas apunta muy alto. Un premio no a dedo pero casi. Qué lejos queda en mi memoria cuando leer un premio Planeta era leer un preciado regalo literario (dónde estás Moix, qué belleza fue tu Nilo).

No había necesidad de mentir, hay casos como el de la supuesta escritora Elena Ferrante que en realidad es eso, no se sabe absolutamente nada, nada de nada. Ni su editorial dice nada de nada de nada. No explota el mito. Compras el libro o no. No alimenta con alardeos feministas su leyenda, ni con ningún otro argumento social o profesional al autor o autora que haya detrás. Simplemente escribe, se publica y el lector disfruta.

Dicho esto, me hago dos preguntas: Por qué los lectores, dejamos que hagan eso.

Bueno, son dos preguntas: Por qué los periodistas y críticos dejáis que hagan eso.

Los lectores debiéramos de una vez por todas, dar la espalda a tretas tan burdas, que nos presuponen tan tontos. Existen otros premios mucho más honrados que éste, comn el Nacional de la Crítica, el de mejor libro del año de los libreros de Madrid, el nacional de Narrativa; donde año tras año, se han descubierto  auténticas joyas literarias.

Y los periodistas, sí, los mismos que llenaron sus Twitters y todos como locos a retuitear de retuiters y retuiters de nada, de la nada, de todo de lo inmediato y de la nada, mencionando la polémica (hay que estar en la cresta de la ola, juju!) y sus breves artículos digitales o en lo periódicos o los Facebooks...es comprensible, el mundo es rápido como un misil...por qué no dedicaron un poco de su tiempo a escribir artículos posteriores para informar o reflexionar sobre este tema.

Expresar por ejemplo que hoy por hoy, son un 54% mujeres las que son publicadas en España. 

Dar a conocer al público Festivales como el de la Ñ y su programa, para expandir la cultura. Hay tantos festivales, programas, en todas partes que no se publicitan.

O simplemente realizar un análisis sobre el panorama literario juvenil, por poner un ejemplo, para incentivar a nuestros jóvenes a leer.

Me pregunto qué nos tendrá preparado Planeta para el próximo año, seguro nos vuelve a sorprender.

Me pregunto también dónde estaremos muchos de nosotros para entonces, qué silla elegiremos para ver el espectáculo. Yo, seguro que en primera fila (front row, que queda más moderno), comiendo palomitas,  y apuesto a que se repetirá todo, y a la vez será de nuevo nada de nada.

Isabel Simón




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